martes, 22 de noviembre de 2011

Tartufo

2.3 Obra del autor prestando especial atención a la obra seleccionada
JEAN-BAPTISTE POQUELIN “MOLIÈRE” (1622-1673) Es el autor más importante del teatro clásico francés. En sus obras se basa en la observación de la realidad. Fundó su propia compañía teatral en la que compaginó su trabajo de actor con el de autor. Fue protegido del rey Luis XIV. Adoptó el pseudónimo de “Molière” porque el trabajo de actor era considerado deshonroso y no quería manchar el nombre familiar. El objetivo del teatro de Molière es criticar cualquier comportamiento que se aleje de los cánones sociales y estéticos establecidos. Su mayor logro es la creación no de “tipos”, sino de personajes únicos, irrepetibles y desmesurados.

La escritura dramática de Molière presenta las siguientes características: Aceptación de las reglas clásicas (Regla de las tres unidades). Reflejo de la sociedad de su tiempo, cuyos vicios y caracteres refleja y critica en su obra. Uso de la literatura como instrumento moralizador.  Maestría en la creación de personajes que deben estar caracterizados por la verosimilitud, su profundidad psicológica y su caracterización. Uso de múltiples recursos de comicidad (juegos de palabras, recursos gestuales, situaciones engañosas, etc.). Lenguaje rico y expresivo que, siguiendo las reglas clásicas del decoro, adapta a las características de sus personajes.
Entre sus obras principales destacan La escuela de las mujeres, El Misátropo, Don Juan etc. pero sin duda destaca Le Tartuffe ou L’imposteur (Tartufo o El impostor), que es la primera gran obra de Molière. Las primeras representaciones de esta obra estuvieron marcadas por la polémica:  una primera versión de la obra, que indignó a los devotos por su contenido. Estuvo entonces prohibida durante cinco años, ya que suponía, según ellos, un ataque a la religión, en 1669 el rey autorizó finalmente su representación y fue representada con gran éxito todos los años hasta la muerte de Molière.
Se ha escrito mucho sobre las verdaderas intenciones de Molière en el Tartufo, parece claro que el objeto principal de sus críticas es la figura del falso devoto. Desde principios de siglo XVII el devoto se había convertido en un tipo social importante en Francia, se entremetía en el gobierno de las casas pudientes e influía desde el punto de vista político en las decisiones también del rey.

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